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Ángel Pedro Valerio

DDH, Presidente
CARE

Ángel Pedro Valerio es un líder asháninka que impulsa la protección de los derechos humanos de las comunidades asháninkas de la cuenca del río Ene, en la provincia de Satipo, región Junín. Actualmente es el presidente de la CARE, organización que representa a 19 comunidades, 25 anexos, 2 pueblos en aislamiento voluntario y 2 pueblos en contacto inicial.

La lucha desde CARE comenzó durante el contexto del conflicto armado interno en Perú, contribuyendo con la pacificación de cientos de ashaninkas desplazados forzosamente, entre los cuales se encuentra el propio Ángel Pedro y su familia. En este camino, la CARE llega a responder a más de 10 mil pobladores asháninkas, orientando sus fines y objetivos a lograr el ejercicio del autogobierno indígena y derechos como pueblo indígena, velar por la consolidación física y jurídica del territorio Ashaninka de la Cuenca del río Ene, así como, promover el ejercicio pleno de la identidad cultural y económica apoyada con el uso de tecnología apropiada a las funciones de la naturaleza, al medio ambiente y al clima.

Angel es un líder que surge en el seno de su comunidad, lo que le permite, tener mayor cercanía de los problemas que enfrenta a diario su pueblo Ashaninka. En los últimos 3 años, inició una lucha frontal contra el narcotráfico y la deforestación masiva del bosque en territorio indígena. Por lo que, emprendió acciones de fortalecimiento de la gobernanza ambiental e indígena, a través de la institucionalización, fortalecimiento e implementación del sistema de vigilancia indígena en el Ene, como un mecanismo de control y vigilancia del bosque y del territorio indígena. Como parte de ello, impulsó la instalación de centros de monitoreo en comunidades nativas del Ene dotando equipos tecnológicos, así como la implementación del Sistema de Alerta Temprana (SAT-CARE), que es una plataforma digital que permite al lanzamiento de alertas sobre afectaciones a los recursos naturales y al territorio indígena para un mejor control, vigilancia y defensa de los bosques y territorio indígena.

Precisamente, por esas razones es que durante los últimos años Ángel Pedro Valerio ha recibido numerosas amenazas de muerte y acusaciones en procesos irregulares. Y en la actualidad, ha sido injustamente imputado por el sistema judicial peruano en un proceso irregular y sin fundamento, que lo involucra en hechos en los que no ha tenido ninguna participación, ni directa ni indirecta, y que respondería a una táctica de intimidación y presión ejercida sobre su liderazgo, ampliamente reconocido nacional e internacionalmente. Pese a eso, él continúa impulsando la gobernanza en toda la cuenca del Ene combinando los principios tradicionales de gobierno asháninka Kametsa Asaike, del buen vivir, con una agenda de incidencia ante el Estado centrada en el cierre de brechas en derechos fundamentales.

Mientras que muchos defensores/as de derechos humanos (DDH) pueden operar libremente en Perú, quienes trabajan por el ambiente, especialmente respecto de los efectos en el ambiente y los derechos humanos de las industrias extractivas, hacen frente a una dura represión que incluye intimidación, campañas de difamación, amenazas de muerte, vigilancia y hostigamiento judicial. Periodistas y sindicalistas también son blanco de ataques.