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#Senegal

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En el 2012 se celebraron elecciones presidenciales en Senegal en las que el Sr. Abdoulaye Wade, presidente en ejercicio, quedó fuera y fue elegido el presidente actual, Sr. Macky Sall. Los observadores internacionales declararon que la elección fue libre y justa, por lo que se destacó la transferencia pacífica del poder como un gran éxito de la democracia en ese país y en la región. En Senegal el período presidencial es de siete años y los cuatro que ya han pasado desde que fue elegido el presidente Sall están marcados tanto por medidas democráticas como no democráticas. Los/as defensores/as de derechos humanos (DDH) han visto restringida su tarea.

A pesar de que la constitución senegalesa permite la libertad de reunión, el gobierno es quien autoriza previamente cada protesta o reunión pública. En el 2015, las solicitudes para realizar manifestaciones de protestas quedaron demoradas en el proceso de autorización, o directamente fueron denegadas. Generalmente, en los casos en los que los/as DDH solicitaban permiso para realizar protestas pacíficas, las autoridades se los prohibieron. Además, si intentaban realizarlas sin autorización del gobierno, se los reprimía con uso excesivo de la fuerza o las autoridades los procesaban.

La legislación de Senegal prohíbe la discriminación en términos de raza, religión, ciudadanía, opinión política, género, discapacidad, idioma, condición de VIH + y situación social. Sin embargo, en el 2015, se expandió la discriminación y aquellas leyes que la castigan fueron rara vez, si acaso alguna, puestas en vigor. Esto crea un ambiente especialmente hostil para las mujeres defensoras, ya que el acoso sexual y la violencia contra la mujer son habituales. Más aún, la actividad sexual entre personas del mismo género es ilegal en Senegal, lo que hace muy dificultosa la labor de los/as DDH que trabajan en cuestiones LGBT.