Danilo Rueda
Ser un defensor de derechos humanos en Colombia significa poner tu propia vida en peligro - es arriesgar la vida de tu familia o de convertirse en otra víctima del conflicto entre las fuerzas armadas, sus aliados paramilitares y los grupos armados de oposición. Danilo Rueda es uno de aquellos que han demostrado un gran coraje al desafiar a los autores de violaciones de los derechos humanos. Por esta razón, en 2009 fue uno de los nominados para el Premio Front Line Defenders.
Tenemos que luchar contra la impunidad: no es aceptable que cada vez que hay amenazas, intimidaciones y ataques, éstos no se investigan
Danilo Rueda es el Coordinador Nacional de la ONG Comisión Intereclesial de Justicia y Paz – CIJP, una organización de derechos humanos conformada por iglesias que expone casos de violaciones a los derechos humanos cometidas en las regiones en conflicto en Colombia por las fuerzas de seguridad y los grupos paramilitares. Los integrantes del grupo, entre ellos Danilo Rueda, han sido objeto de amenazas de muerte y otros actos de intimidación en el pasado, resultado de su labor en defensa de los derechos humanos.
Danilo Rueda ha desarrollado estrategias de protección y acompañamiento físico para las comunidades afectadas por violaciónes graves de derechos humanos. Su compromiso y perseverancia en la lucha por los derechos humanos durante diecinueve años ha significado que, a pesar de las amenazas y desafíos, tales como montajes judiciales, ha tenido éxito en el desarrollo de un movimiento de víctimas a nivel internacional a través de la creación de la Red de Alternativas a la Impunidad y la Comisión de Ética. Estos dos organismos se encargan de documentar y preservar pruebas y testimonios de víctimas de violaciónes de derechos humanos, para que en el futuro, cuando las condiciones son apropiadas, pueden ser utilizadas en una Comisión de la Verdad.
Los/as DDH de Colombia trabajan en un ambiente violento e inseguro, sometidos a amenazas, intimidaciones, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ataques físicos, actos de tortura, homicidios, allanamientos ilegales en sus hogares y oficinas y estigmatización, todo ello como consecuencia de sus actividades en defensa de los derechos humanos. Con frecuencia, quienes perpetran estos abusos son grupos paramilitares, muchos de los cuales tienen relación con el gobierno o los servicios de seguridad, o con grupos armados de la oposición.
