Se impide viajar a un activista cubano para asistir a un evento de derechos humanos en Irlanda
Niober había estado planeando y esperando este viaje desde hacía meses. Después de viajar durante un día y medio desde la provincia de Guantánamo, llegó al aeropuerto internacional de La Habana con bastante antelación. Pero justo antes del último control de seguridad, se le acercó un funcionario del Ministerio del Interior, le apartó discretamente y le dijo que no podía embarcar.
El funcionario no le dio ninguna explicación, pero Niober no se sorprendió: a situaciones como esta se enfrentan comunmente los/as defensores/as de derechos humanos en Cuba.
Niober García Fournier iba a viajar para participar en la Plataforma de Dublín para defensores/as de derechos humanos, un evento de tres días organizado por la ONG internacional Front Line Defenders que reúne a más de 100 activistas en riesgo de todo el mundo. Niober había sido invitado para compartir su experiencia con otros/as defensores/as de derechos humanos, hablar sobre los desafíos que enfrenta en Cuba y aprender de otros/as compañeros/as activistas sobre cómo resistir pacíficamente y proteger los derechos humanos bajo regímenes opresivos.
Niober es periodista independiente y representante de EYE on CUBA, una plataforma en la que se publican informes sobre abusos de derechos humanos y que ofrece información independiente sobre lo que sucede en Cuba. EYE on CUBA trabaja a través de una red de activistas en todo el país que monitorea y documenta casos de violaciones de derechos humanos con el objetivo de informar a la comunidad internacional y presionar a las autoridades cubanas. La organización también lleva a cabo capacitaciones así como actividades de divulgación sobre derechos humanos.
A pesar de que las autoridades cubanas nunca han emitido una restricción a la libre circulación contra él de manera oficial, a Niober se le ha impedido viajar en varias ocasiones. El defensor de derechos humanos también ha sido detenido, se le confiscaron sus pertenencias y una vez fue apuñalado en la calle, todo esto como resultado de su trabajo de defensa de los derechos humanos.
Salir de Cuba es particularmente complicado para los/as defensores/as de derechos humanos que viven en la provincia de Guantánamo. Hay varios puestos de control a lo largo de las 525 millas que separan Guantánamo de La Habana. La mayoría de las veces, para evitar ser detenido, Niober tiene que cruzar la frontera de la provincia a pie o a caballo y luego viajar durante 20-30 horas utilizando varios medios de transporte. A pesar de que tuvo cuidado para que no le siguieran, alguien, probablemente un funcionario del Estado, sabía que se iba de su pueblo y le envió un mensaje amenazante: "Decidimos dejar que cruzara la frontera, pero no debería acercarse a ningún avión".
Este tipo de amenazas y acoso no es inusual para los/as defensores/as de derechos humanos en Cuba. A pesar de los avances que se han producido desde 2015, cuando Cuba restauró las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y liberó a decenas de presos políticos, la situación de los/as defensores/as de derechos humanos en la isla sigue siendo grave. El gobierno cubano sigue controlando todos los medios de comunicación y quienes defienden la libertad de expresión están siendo perseguidos por su trabajo. Además, desde 2015, la frecuencia de las detenciones por periodos cortos de defensores/as de derechos humanos, periodistas y críticos del gobierno parece haber aumentado en comparación con las tácticas previas de detenciones por largos periodos.
En un evento en el Parlamento Europeo en Bruselas en el que participaba este año, Niober dijo:"La mejora relativa de las relaciones entre Cuba y EE.UU. y Cuba y la UE es en realidad una cortina que ha ayudado a ocultar la creciente represión contra la sociedad civil cubana".
A pesar de los desafíos y el hostigamiento que él y sus colegas enfrentan, Niober no tiene miedo de hablar y dar voz al pueblo cubano y a los/as defensores/as de derechos humanos contra los abusos de las autoridades.