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29 Octubre 2020

Autoridades chilenas y corporaciones forestales continúan cometiendo graves violaciones de derechos humanos en contra del pueblo Mapuche

Como resultado de la discriminación sistémica, la expropiación de tierras y el continuo uso indebido de la Ley Antiterrorista de Chile en contra el pueblo Mapuche, - práctica que ha sido condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,- los defensores y defensoras de derechos humanos Mapuche enfrentan dificultades cada vez mayores para proteger su tierra natal y forma de vida tradicional. Los liderazgos Mapuche a menudo enfrentan criminalización, encarcelamiento y tortura.

Las Werkenes Mapuche (voceras) de la región de la Araucanía enfrentan violaciones a sus derechos humanos de manera diferenciada. En la primera línea de las protestas se encuentran tanto con la represión estatal como con la violencia de género.

Nora Ñancul y Gricel Ñancul son defensoras de derechos humanos y Werkenes que defienden los derechos del pueblo Mapuche en el Lof autónomo de Likankura. Son conocidas por su compromiso promoviendo la revitalización de la identidad, el conocimiento y las costumbres mapuche, incluida la reconexión de los Mapuches con la tierra en términos sociales y espirituales. Las hermanas Ñancul han pasado gran parte de su vida luchando por la recuperación de tierras indígenas ocupadas por intereses estatales o privados, incluidas algunas ocupadas por la empresa Forestal Mininco en la Comuna Collipulli en la provincia de Malleco en Araucanía. La comunidad de Likankura representada por las hermanas Ñancul han denunciado la violación de los derechos territoriales por parte de la empresa y han afirmado que no tienen otra opción que la persecución pacifica de la restitución de la tierra para ser capaces de asegurar el sustento de la comunidad.

El 10 de septiembre de 2020, agentes de la Policía de Investigaciones de Chile detuvieron violentamente y sin presentar orden judicial, a Nora Ñancul y Gricel Ñancul en su domicilio. Agentes de la Policía agredieron física y verbalmente a las defensoras y a sus hijos pequeños mientras trabajaban en sus tierras cercanas a su casa ubicada en la Comuna Collipulli, provincia de Malleco. Antes de ser detenidas y llevadas a la estación de Policía de la comuna de Angol, tanto las madres como sus hijos fueron empujados al suelo por agentes de policía, quienes los arrastraron por el barro varios metros, dejándolos con múltiples heridas. Las hermanas Ñancul creen que la violencia policial es una represalia por su rol de defensoras de la tierra, así como por su relación con su hermano, también defensor de la tierra, quien se resguarda en un lugar seguro por temor a ser detenido. También ven el acoso policial como una respuesta a su rol de madres indígenas, “extendiendo las generaciones mapuche”, un derecho que es muy despreciado por la policía y las autoridades estatales. Días después del ataque, Nora y Gricel Ñancul presentaron una denuncia contra los funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chile a quienes acusan de tortura. Aunque Gricel Ñancul fue liberada horas después de su arresto, su hermana Nora Ñancul permaneció detenida durante toda la noche, atada de pies y manos. Mientras estuvo detenida, los agentes de policía continuaron golpeándola utilizando un lenguaje misógino y discriminatorio racial. Tanto Nora Ñancul como Gricel Ñancul enfrentan varios cargos que incluyen "amenazas y violencia contra la policía". Los delitos contra agentes de policía suelen presentarse ante los tribunales militares y, con frecuencia, se investigan en el marco de la Ley Antiterrorista.

El caso de las defensoras de derechos del pueblo indígena Mapuche, Nora Ñancul y Gricel Ñancul, está lejos de ser un caso aislado de violencia étnica y de género en contra mujeres Mapuche en Chile. Front Line Defenders ha expresado previamente su preocupación por casos similares de criminalización de mujeres Mapuche en Chile.
La resistencia Mapuche en contra de la deforestación ilegal a gran escala se concentra principalmente en la región de la Araucanía, un lugar sagrado para los Mapuches con un rico paisaje compuesto por bosques milenarios. Sin embargo, la región también es una de las que tiene las tasas más altas de pobreza multidimensional en Chile. El modelo económico del país basado en la extracción de recursos privatizados, respaldado por un alto grado de militarización, ha jugado un papel central en la privación de derechos del pueblo Mapuche, principalmente a través de violaciones de los derechos indígenas, ambientales y territoriales.

Desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el Estado chileno ha venido aplicando activamente políticas que priorizan la expropiación de tierras y la capitalización de los recursos de la tierra sobre el patrimonio y la propiedad ancestral de los indígenas Mapuche. La militarización y la presencia de empresas forestales como Forestal Mininco, está fuertemente ligada a los obstáculos que enfrentan los defensores y defensoras de derechos humanos Mapuche en la defensa de sus tierras. Los militares brindan apoyo físico a las empresas que usurpan tierras o desplazan a los Mapuches. El desplazamiento suele ir acompañado de la criminalización de los defensores y defensoras Mapuche y facilitado por un sistema de justicia que discrimina los derechos de sus pueblos indígenas y normaliza el racismo y la represión.

Front Line Defenders está profundamente preocupada por la criminalización en curso de los defensores y defensoras de la tierra Mapuche y la violencia de género contra las defensoras Mapuche, que pacíficamente se resisten a operaciones ilegales de empresas forestales en tierras indígenas. Front Line Defenders cree que la militarización en territorio Mapuche haya intensificado la violencia contra los defensores y defensoras indígenas y que la ineficacia de la acción estatal continua facilitando las violaciones de derechos humanos y la opresión perpetrada contra los Mapuches por parte de la policía. Finalmente, Front Line Defenders insta a las autoridades chilenas a abstenerse de criminalizar a los defensores y defensoras de derechos humanos Mapuche y a realizar esfuerzos para reforzar el reconocimiento y protección de sus tierras y derechos indígenas.