Maria Marcia Elpídia de Melo
Maria Marcia Elpídia de Melo es una defensora del derecho a la tierra de Novo Progresso, Pará, en la región amazónica de Brasil. Es presidenta de la Asociación de Productores y Productoras Rurales de Nova Vitória (Associação de Produtores e Produtoras Rurais de Nova Vitória), ubicada en el Proyecto de Desarrollo Sostenible Terra Nossa (Proyecto de Desarrollo Sostenible Terra Nossa). El proyecto Terra Nossa ("nuestra tierra") fue creado como un asentamiento de la reforma agraria desde 2006 para combatir la deforestación ilegal. En 2019, fue el asentamiento que sufrió el mayor número de incendios provocados, cuando se quemaron cientos de kilómetros cuadrados de selva amazónica.
Desde 2018, Maria Marcia Elpídia de Melo y su hijo se han enfrentado a numerosas amenazas de muerte, debido a su rol de defensora de derechos humanos y lideresa de la Asociación de Productores y Productoras Rurales. En 2018, después de que su hijo fuera golpeado violentamente en señal de amenaza, se vio obligada a hacer arreglos para que se fuera. Maria recibe amenazas de muerte a diario y han matado a sus animales domésticos (perros y gallinas) con el objetivo de intimidarla.
Asimismo, está siendo criminalizada por su trabajo de derechos humanos; las autoridades locales la acusan falsamente de calumnia y difamación. Los principales medios de comunicación también han iniciado una campaña de difamación contra ella, afirmando falsamente que se opone al progreso en la región.
Como presidenta de la asociación, ha presentado una serie de denuncias en relación con los abusos de derechos humanos y las actividades irregulares llevadas a cabo por la minería, la explotación forestal y los negocios de ganado. Como resultado, Maria Marcia Elpídia de Melo recibió amenazas por parte de individuos asociados con empresas extractivas nacionales e internacionales, acaparadores de tierras, agentes de policía e incluso políticos locales.
Los desafíos y amenazas a los que se enfrentan los/as defensores/as de derechos humanos en Brasil siguen siendo muy importantes, especialmente para quienes trabajan en temas relacionados con la tierra, el medio ambiente, los pueblos indígenas, los derechos LGBTI, la corrupción y la impunidad. Muchos/as DDH han sido objeto de amenazas de muerte, agresiones físicas, arrestos arbitrarios y juicios. Preocupa especialmente el alto número de asesinatos, que tienen lugar en un contexto de impunidad generalizada.
