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Javier y María del Tránsito

DDH, profesores

Javier y María del Tránsito, profesores y defensores de derechos humanos de Salvatierra, Guanajuato, México, habían dedicado su vida a la enseñanza. Cuando la crisis de las desapariciones -un fenómeno generalizado en México por el que secuestran/desaparecen personas sin previo aviso- empeoró en su zona y les afectó personalmente, pasaron a emplear su tiempo y energía en el activismo relacionado con las desapariciones.

Según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), este año se han registrado 372 personas desaparecidas en el estado de Guanajuato. El 29 de febrero de 2020 desapareció la hija de María y Javier, Guadalupe, también maestra. En febrero de 2021, gracias al trabajo de la familia Barajas y a la labor colectiva de otras familias que también buscaban a sus seres queridos, se identificó el cuerpo de Guadalupe en una fosa clandestina junto a otros 80 cuerpos. Esto puso de manifiesto la crisis de las desapariciones en el estado la cual no había sido atendida adecuadamente por el Gobierno.

Tras encontrar a su hija, Javier, Mária Tránsito y el hijo de Javier (Javier Junior) siguieron buscando a otras personas desaparecidas en el estado, reuniéndose con miembros de otros colectivos y avanzando en la búsqueda de la verdad y la justicia ante las autoridades. Javier Barajas Junior se unió a la Comisión Estatal de Búsqueda para brindar apoyo a otros/as familiares y allegados/as de personas desaparecidas. Lamentablemente, esto provocó que fuera asesinado el 29 de mayo de 2021 por personas vinculadas a la desaparición de su hermana. Esta tragedia hizo que Javier y María del Tránsito abandonaran el estado para protegerse.

A pesar del dolor de haber perdido a su hijo y a su hija, y de las amenazas y los riesgos a los que se enfrentaron al tratar de encontrar a las  personas desaparecidas, Javier y María del Tránsito han seguido exigiendo verdad y justicia por la desaparición y el asesinato de sus hijos y por las miles de familias que han perdido a sus seres queridos y que siguen sin respuestas ni acciones por parte de las autoridades. Continuan trabajando con los colectivos y han tratado de difundir aún más su mensaje compartiendo sus circunstancias y situación con organismos internacionales como el Comité CED, embajadas y otras autoridades. Además, han promovido acciones para visibilizar la difícil situación de las familias de las personas desaparecidas y la necesidad de justicia, las consecuencias del flujo ilegal de armas desde Estados Unidos y los riesgos a los que se enfrentan los defensores y defensoras que siguen exigiendo verdad y justicia.

Leer un boletín de prensa sobre el caso del hijo de María y Javier, Javier Junior.

Los defensores y defensoras de derechos humanos (DDH) y periodistas de México son objeto de actos de intimidación, hostigamiento judicial, detención arbitraria, amenazas de muerte, agresión física, desaparición forzada y homicidio como resultado de sus actividades en defensa de los derechos humanos y el ejercicio de la libertad de expresión y el periodismo.

En México las desapariciones son endémicas, y a menudo ocurren con la connivencia del estado. Los defensores y defensoras que trabajan sobre este tema están expuestos a riesgos graves, y hasta la muerte. Quienes trabajan en defensa de la tierra, particularmente de los territorios indígenas, están en el mismo nivel de riesgo. Se los criminaliza, encarcela, difama y a menudo asesina. Los/as periodistas que se ocupan de cualquiera de estas temáticas, o relativas al comercio ilícito de drogas y la complicidad del gobierno en este área, también corren riesgo de perder la vida.