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Ka'apor Indigenous People

Pueblo indígena Ka'apor

Photo credit: Lunaé Parracho/Repórter Brasil

El territorio del pueblo Ka'apor fue reconocido en 1982. La tierra indígena Alto Turiaçu se extiende a lo largo de más de 530 mil hectáreas y está situada en la frontera entre los estados de Maranhão y Pará, en la región amazónica de Brasil. Este territorio está sometido a una constante tala ilegal, a la minería y a la expansión del agronegocio.

Desde 2013, con el fin de frenar las invasiones del territorio y la explotación ilegal de la selva amazónica, el pueblo indígena ka'apor estableció zonas de protección y producción agroforestal en las áreas limítrofes de la tierra indígena, cerca de las carreteras clandestinas abiertas por los mineros y madereros ilegales. Estas actividades de protección de la tierra indígena aún no han recibido el apoyo de ningún organismo público, incluida la FUNAI, el organismo indigenista del Estado brasileño responsable de velar por el cumplimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas. Las acciones de las comunidades ka'apor en todo el territorio han contribuido a la reforestación de la región, consiguiendo recuperar cerca del 80% de las áreas degradadas. Debido a su trabajo de protección del territorio y el medio ambiente, representantes del pueblo Ka'apor han sido constantemente objeto de ataques y acoso por parte de madereros y mineros ilegales.

Los desafíos y amenazas a los que se enfrentan los/as defensores/as de derechos humanos en Brasil siguen siendo muy importantes, especialmente para quienes trabajan en temas relacionados con la tierra, el medio ambiente, los pueblos indígenas, los derechos LGBTI, la corrupción y la impunidad. Muchos/as DDH han sido objeto de amenazas de muerte, agresiones físicas, arrestos arbitrarios y juicios. Preocupa especialmente el alto número de asesinatos, que tienen lugar en un contexto de impunidad generalizada.

Brasil también sigue siendo un lugar extremadamente peligroso para defensores/as de derechos de personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), ya que se mantiene en la cumbre del ranking mundial de asesinatos homofóbicos, con el 44% de los homicidios ocurridos en todo el mundo. A pesar de que allí se realiza la Marcha del Orgullo anual más grande del mundo y que la Suprema Corte ha reconocido la igualdad de derechos para parejas del mismo sexo, el estado todavía debe poner en marcha políticas y leyes que penen los crímenes homofóbicos.